Comunicadillo de la asamblea de La Redonda

La asamblea de gestión de La Redonda llevaba un tiempo queriendo dirigirse a vosotres para compartir las valoraciones y los sentires del año pasado, pero la militancia a veces está reñida con la gestión del espacio y todavía no habíamos encontrado el momento. Ahora que nos lanzamos a ello, nos encontramos con novedades sobre la situación legal. Sin embargo, queremos ir por orden y empezar con nuestras reflexiones sobre lo que ha supuesto este año.


Para empezar, los comedores han triunfado, convirtiéndose en uno de los espacios de encuentro que más relaciones ha generado entre La Redonda y la gente: por un lado, hemos puesto todo nuestro cariño y nervio en cada comedor, y creemos que eso se ha notado por todos los estómagos agradecidos que se han asomado cada jueves. Por otro, ha favorecido actividades que han acabado consolidándose, como los talleres. En definitiva, todes hemos sabido aprovecharlos para dar vida al centro social.

En realidad, hablar de todas las actividades ahora sería enumerar una larga ristra que aún así no podría reflejar todas las vivencias compartidas, de todos los colores, que han cobijado estos muros. Preferimos centrarnos en lo que hemos aprendido acerca de un concepto que es común a cualquier actividad en general: los cuidados.

Queremos que sepáis que no damos un paso sin tratar de ser conscientes de cómo nos cuidamos entre todes. Si en algo nos esforzamos desde la asamblea es en tratar de cuidar y propiciar esos cuidados hacia seres humanes, no humanes y, por supuesto, la infraestructura que les da cabida. De hecho, consideramos esta una condición indispensable para hacer de la vida algo más que una mera existencia. Creemos que el espacio evoluciona día a día en esta dirección y en ambos sentidos: desde la asamblea a les participantes y viceversa, y así deseamos que siga siendo.

Aprovechamos también para dar las gracias a las manos, las cabezas, los corazones y las bocas que se han sumado a la lucha férrea por el espacio, que es un objetivo que no ha cambiado ni una mijilla desde el principio. La asamblea de La Redonda aprecia las numerosas y diversas formas en las que esa defensa se materializó y aún lo hace.

Nos llena de orgullo el orgullo con el que cada une hace suyo el espacio al llevarlo consigo y hablar de él allá donde va, mostrándolo como referente de su desarrollo personal y político, creativo e incluso científico. Aún nos sorprende y nos hace sonreír cuando demostráis que La Redonda está presente en vosotres: en quienes os vais y volvéis con cosas nuevas que aportar, en quienes voláis lejos pero dejáis una huella viva, en quienes permanecéis y queréis el espacio como un ser en crecimiento, y en quienes venís por primera vez y os emocionáis con las posibilidades que ofrece.

Sentimos que el proyecto se encuentra en una evolución constante y un crecimiento exponencial, que se reinventa fruto de la reflexión y las vivencias, pero que mantiene la línea de lucha por la que hemos apostado desde el principio: la apertura a una participación diversa y comprometida, centrada en ciertas necesidades, enmarcada en una realidad local concreta y que fomenta una actividad a la medida de nuestras posibilidades.

Todo lo anterior nos da fuerzas para continuar con el proceso legal en el que, como muches sabéis, nos encontramos desde hace año y medio, cuando en febrero de 2017 recibimos una demanda de desahucio por precario. Algunes recordaréis que, tras el juicio que se celebró en octubre, la demanda se desestimó, con lo que pudimos disfrutar de este año bien cargado. Sin embargo, hace un par de semanas nos llegó la resolución de las apelaciones de ambas partes, que resultó favorable para la parte demandante. Ahora, seguimos adelante con el recurso de casación, pero con una situación bien distinta: con la amenaza de un desalojo como consecuencia de una posible ejecución provisional de la sentencia.

Sinceramente, creemos que décadas de vida no se pueden desahuciar así como así. El vínculo es demasiado grande con muchos seres. Por eso, con la legitimidad que da el uso frente al abandono, argumentaremos nuestra oposición a dicha ejecución por la vía legal y hundiremos las raíces como proyecto social. Son muchas las emociones que sentimos, pero lo que realmente nos inspiran son todas estas cosas bonitas, así que queremos resistir con alegría.

Las fechas y los tiempos son algo inciertos, pero hemos empezado a reorganizarnos y os mantendremos al tanto de las novedades. Os pedimos desde ahora que nos ayudéis a difundir este comunicado, estéis donde estéis.

Compis, alerta… ¡¡¡LA REDONDA SE QUEDA!!!